LA HISTORIA DEL CORAN
La Revelación final de Dios ¿Qué es el Corán? Los musulmanes creen que el Corán es la revelación final de Dios. Ellos creen que es la palabra literal de Dios, revelada a lo largo de muchos años a Su Profeta final, Muhammad (La paz y las bendiciones estén con él). El Corán está lleno de sabiduría. Está lleno de maravillas y gloria de Dios, y es un testimonio de Su misericordia y justicia. No es un libro de historia, de relatos o un texto científico, a pesar de que contiene todos estos géneros. El Corán es el mayor regalo de Dios a la humanidad, es un libro como ningún otro. En el segundo versículo del segundo capítulo del Corán, Dios describe al Corán llamándolo el libro del que no hay duda alguna, una guía para aquellos que son piadosos, rectos y temerosos de Dios. (Corán 2:2). El Corán es el núcleo del Islam. Creer en él es un requisito. Aquel que no cree en el Corán en su totalidad, no puede llamarse musulmán. Dios le ordenó al Profeta Muhammad (La paz y las bendiciones estén con él) que transmitiera el Corán a toda la humanidad, y la responsabilidad pesaba sobre él. Incluso en su discurso de despedida hizo un llamado a los presentes a dar testimonio de que él había entregado el mensaje. El libro en el que está contenido el Corán (las palabas de Dios) se denomina Mushaf. El Corán es considerado tan único en contenido y estilo que no puede ser traducido, por lo tanto, cualquier traducción es considerada una interpretación de los significados del Corán. Muhammad (La paz y las bendiciones estén con él) era incapaz de leer o de escribir, por lo que los árabes sabían que era poco probable que hubiera producido unas palabras tan elocuentes, pero aun así algunos se rehusaron a creer que el Corán fuera la palabra de Dios. Por ello, Dios los desafió en el Corán a producir un texto que lo rivalizara. “Si dudáis de lo que le hemos revelado a Nuestro siervo [Muhammad] traed una sura similar, y recurrid para ello a quienes tomáis por salvadores en lugar de Dios, si es que decís la verdad”. (Corán 2:23). Después de establecer que el Corán es la palabra de Dios, también es importante entender que el Corán se ha mantenido sin cambios desde hace más de 1.400 años. Hoy día, cuando un musulmán en Egipto sostiene su Mushaf en sus manos y comienza a recitar, podemos estar seguros de que muy lejos, en Fiji, otro musulmán está mirando y recitando exactamente las mismas palabras. No hay diferencias. Los niños en Francia que sostienen su primer Mushaf están tratando de recitar las mismas palabras que salieron de labios del Profeta Muhammad. Dios nos asegura en el Corán que Él indubitablemente protegerá Sus palabras. Él dice: “Ciertamente Nosotros hemos revelado el Corán y somos Nosotros sus custodios” (Corán 15:9). Esto significa que Dios lo protegerá de que le sea añadida cualquier falsedad o le sea removida alguna parte. Está protegido contra manipulaciones; y si alguien intenta distorsionar los significados del Corán, Dios guiará a alguien más para que muestre el engaño. Los musulmanes creen que las revelaciones anteriores de Dios, incluyendo la Torá y el Evangelio de Jesús, se perdieron en la antigüedad o fueron cambiados y distorsionados, de modo que es una fuente de consuelo saber que las palabras de Dios -el Corán - están bien protegidas. Dios descendió el Corán desde lo alto de los cielos, y lo entregó al ángel Gabriel en el mes glorioso de Ramadán. La historia de cómo fue revelada esta recitación y cómo llegó el Corán a estar disponible en todo el mundo, con una interpretación de sus significados traducida a más de 100 idiomas, será cubierta en la segunda parte. De la Tabla Protegida para la humanidad Cómo el Corán fue revelado, memorizado y puesto por escrito. El profeta Muhammad, que la misericordia y las bendiciones de Dios sean con él, el último Mensajero de Dios, recibió el Corán en dos etapas. Estas palabras perfectas de Dios descendieron para guiar a la humanidad de la oscuridad hacia la luz, son una guía y una misericordia. El Corán -las palabras de Dios - son palabras perfectas de un Dios perfecto, para Su creación. En la noche conocida como “Noche del Decreto”, en el mes islámico de Ramadán, el Corán descendió de la Tabla Protegida hasta el más bajo de los cielos. Luego descendió de los cielos a la tierra en partes pequeñas. La revelación fue entregada al Profeta Muhammad a través del ángel Gabriel. Cuando el Profeta Muhammad tenía alrededor de cuarenta años de edad empezó a pasar tiempo en reflexión profunda. De acuerdo con su amada esposa Aisha, Muhammad fue agraciado con vívidos sueños que se cumplían posteriormente. Luego, Dios le inspiró un gusto por el aislamiento. Él solía ir a la cueva conocida como Hira a adorar al Dios Único y a reflexionar sobre la vida, el universo y su lugar en el mundo. Después de esta primera revelación, que Muhammad encontró alarmante, no fue visitado de nuevo por el ángel Gabriel por una cantidad indeterminada de tiempo. El siguiente encuentro con el ángel se dio cuando el profeta se encontraba caminando solo. El profeta Muhammad escuchó una voz de los cielos. Cuando levantó la vista vio al ángel sentado en una silla entre el cielo y la tierra. Muhammad tuvo miedo y corrió a su casa en busca de consuelo, pidiendo ser envuelto en mantas. La segunda revelación ocurrió en ese momento. Durante los siguientes 23 años, hasta poco antes de la muerte del Profeta Muhammad, el Corán fue revelado por partes. Hay varias razones que se han sugerido para esto. Algunos dicen que fue revelado poco a poco para ofrecer al Profeta Muhammad apoyo y abordar las cuestiones que fueran surgiendo. La memorización era considerada importante y fue ampliamente practicada incluso en los primeros años del Islam. El Profeta Muhammad pidió a sus compañeros que memorizaran el Corán y tomaran varias medidas para asegurarse de que la revelación fuera preservada en sus memorias. De acuerdo con Ibn Ishaq, compilador de una de las primeras biografías del Profeta Muhammad, Abdullah ibn Masud fue el primer hombre, después de Muhammad, que recitó el Corán públicamente, y en esa ocasión fue golpeado con severidad por hacerlo. El compañero más cercano del Profeta Muhammad, Abu Bakr, también fue conocido por recitar el Corán fuera de su casa en La Meca. El Corán fue memorizado por los compañeros durante la vida del Profeta Muhammad y esta tradición ha continuado a través de las generaciones siguientes. Incluso hoy día, musulmanes que no saben leer árabe, memorizan las mismas palabras exactas que fueron memorizadas por los árabes del siglo VII d.C. La mayoría de los árabes eran analfabetos, incluyendo al Profeta Muhammad; sin embargo, la importancia de la palabra escrita fue bien entendida. Los materiales para la escritura eran difíciles de conseguir, y en esos primeros días porciones del Corán fueron escritas en pieles de animales, piedras delgadas de colores claros, huesos e incluso corteza. Los compañeros pusieron por escrito las palabras de la revelación, y el Profeta Muhammad escuchaba a los hombres recitar las palabras escritas para asegurarse de que no hubiera errores. Se podría decir que el Corán fue escrito bajo la supervisión directa del Profeta Muhammad. El Corán no fue revelado en orden, sin embargo, el ángel Gabriel instruyó al Profeta Muhammad sobre cómo compilar el Corán en la secuencia correcta de inspiración divina. Una Revelación bien preservada y vigilada Cómo las palabras de Dios llegaron a ser compiladas en un libro. Cuando las palabras de Dios fueron reveladas al Profeta Muhammad, que la misericordia y las bendiciones de Dios sean con él, por medio del ángel Gabriel, se le ordenó que llamara a un escriba para que pusiera por escrito las palabras a medida que comenzaran a salir de sus labios. El principal escriba fue un hombre llamado Zaid ibn Zabit. Muchos compañeros reportaron que el Profeta Muhammad llamaba a Zaid diciendo: “Que traiga el tablero, la tinta y el hueso de escápula”. Durante la vida del Profeta el Corán existió como partes y piezas de material escrito, no en forma de libro. El Corán fue puesto por escrito bajo la supervisión estricta del Profeta Muhammad. Uzmán, uno de los compañeros más cercanos del Profeta, recordó que “cuando algo le era revelado, el Profeta Muhammad llamaba a alguno de los que solía escribir para él y decía: ‘Pon estos versículos en el capítulo en el que esto y aquello es mencionado’, y si sólo era revelado un versículo, él decía: ‘Coloca este versículo en tal capítulo’”. Durante la época de Abu Bakr, el hombre elegido para liderar la nación musulmana después de la muerte del Profeta Muhammad, la comunidad musulmana más amplia se halló en tiempos de conflicto civil. Surgieron falsos profetas, y muchas personas confundidas, incapaces de mantener su fe sin el Profeta Muhammad, abandonaron el Islam. Tuvieron lugar batallas y escaramuzas, y muchos de los hombres que habían memorizado el Corán perdieron la vida. “Abu Bakr me hizo llamar cuando la gente de Al Yamamah había sido asesinada [es decir, una cantidad de compañeros del Profeta que habían luchado contra el falso profeta Musailimah]. Me presenté ante él y encontré a Omar ibn Al Jatab sentado con él, entonces Abu Bakr me dijo: ‘Omar me ha dicho que las pérdidas han sido grandes entre aquellos que sabían de memoria el Corán, y teme que tengamos más bajas en otras batallas, con lo que gran parte del Corán podría llegar a perderse. Por ello, sugiere que yo ordene que el Corán sea recopilado’. Por Allah (Dios), si me hubieran ordenado mover una de las montañas, no habría sido más pesado para mí que esto (ordenarme que compilara el Corán). Entonces le dije a Abu Bakr: ‘¿Cómo puedes hacer algo que el Mensajero de Dios no hizo?’ Abu Bakr respondió: ‘Por Dios, es algo bueno’. Abu Bakr me siguió instando a que aceptara su idea hasta que Dios abrió mi corazón a eso mismo que les había abierto el corazón a Abu Bakr y a Omar. Por lo tanto, comencé a buscar el Corán y a recopilar todo lo que había de él escrito en tallos de palmera, piedras blancas delgadas, y también de quienes lo sabían de memoria, hasta que lo recopilé por completo”. Zaid había memorizado todo el Corán y había sido el escriba más confiable del Profeta Muhammad, por lo tanto, le habría sido posible haber escrito todo el Corán de su propia memoria. Sin embargo, él no utilizó sólo este método. Fue muy cuidadoso y metódico en su compilación del Corán, y no puso por escrito ningún versículo hasta que éste hubiera sido confirmado por al menos dos compañeros del Profeta Muhammad. Antes, ahora y por siempre El origen del Corán que tenemos en nuestras manos hoy día. De las tradiciones del Profeta Muhammad, Omar ibn Al Jatab narra una anécdota que muestra claramente cuán ansiosa estaba por preservar la autenticidad del Corán la gente alrededor del Profeta, y que el profeta Muhammad, que la misericordia y las bendiciones de Dios sean con él, podía mediar en cualquier disputa. Dijo: Después de la muerte del Profeta Muhammad, cientos de miles de no árabes se convirtieron al Islam. En la época en que Uzmán ibn Affán lideró la nación islámica, el Corán era recitado en una diversidad de acentos y dialectos distintos. Mucha gente, en especial aquellos nuevos en el Islam, comenzaron a confundirse y algunos de los compañeros del Profeta Muhammad empezaron a temer que la autenticidad del Corán pudiera verse comprometida. Uzmán ibn Affán sabía de memoria el Corán y tenía un profundo conocimiento del contexto y las circunstancias relacionadas con cada versículo, de modo que era la persona idónea para supervisar la estandarización del Corán. Como sabemos, el Corán había sido compilado durante la época de Abu Bakr y estaba bajo la custodia de la hija de Umar ibn Al Jatab y esposa del Profeta Muhammad, Hafsah. Uzmán le escribió a Hafsah y tomó posesión del Mushaf original. Las tradiciones auténticas del Profeta Muhammad relatan el evento así: Una vez más, los líderes del califato musulmán y las mujeres y hombres compañeros del Profeta hicieron grandes esfuerzos para preservar las palabras de Dios y mantenerse fieles al mensaje. Uzmán le ordenó a algunos de los compañeros más confiables, incluyendo por segunda vez a Zaid ibn Zabit, para que hicieran copias cuidadosas del Mushaf, diciéndoles: “En caso de que no estén de acuerdo, cópienlo en el dialecto de Quraish”. El manuscrito original fue regresado a Hafsah y Uzmán ordenó entonces que todas las copias no oficiales fueran quemadas o destruidas. De este modo, se le puso fin a la disputa y los musulmanes se unificaron. El Corán Uzmaní es el Mushaf utilizado por más de 1.200 millones de musulmanes en todo el mundo hoy día. El Corán se ha mantenido preservado de generación en generación. Cada Mushaf es una copia exacta de la copia original. Ibn Batuta, en el siglo XIV d.C. dijo que había visto copias u hojas de las copias del Corán preparado por Uzmán, en Granada, Marrakesh, Basra y otras ciudades. Ibn Kazir relató que había visto una copia del Corán Uzmaní, que fue llevado a Damasco desde Palestina. Dijo que era “muy grande, en una escritura bella y clara con tinta fuerte, en pergamino, creo, hecho de cuero de camello”. Ibn Jubair dijo que vio el manuscrito Uzmaní en la mezquita de Medina en el año 1184 d.C. Algunos dicen que permaneció en Medina hasta que los turcos se lo llevaron en la Primera Guerra Mundial. El Tratado de Versalles contiene la siguiente cláusula: |